Alteraciones hepáticas durante el embarazo
Resumen
Dentro del embarazo ocurren cambios en algunas pruebas hepáticas y éstos pueden considerarse fisiológicos. Hay elevación de fosfatasa alcalina con ascenso a 2 o 3 veces lo normal en el tercer trimestre, cayendo rápidamente en las primeras 24 horas después del parto; este aumento es secundario principalmente a una elevación en la fracción termoestable de origen placentario, cuyo papel fisiológico no es claro. La fosfatasa alcalina es producida en forma considerable por las células trofoblásticas y aparentemente alcanza la circulación materna a través de una proximidad anatómica del trofoblasto con la circulación materna en el espacio intervelloso.
No es frecuente encontrar elevaciones de las aminotransferasas (AST y ALT). En un estudio de 304 mujeres embarazadas sanas se observó una discreta elevación en el último trimestre, también en el período del parto o en los primeros días postparto. La causa de las elevaciones de dichas enzimas y su base fisiológica, no han sido demostradas. En cuanto a la gama glutamil transferasa (GGT) hay informes contradictorios en la literatura sobre cambios en sus niveles, pero en un estudio reciente los autores concluyeron que, aunque puede haber niveles fluctuantes bajos, en general las cifras no se alteran en forma significativa durante el embarazo.
Durante el embarazo normal hay un aumento de un 40-50% del volumen minuto cardíaco (4-6); sin embargo, el flujo hepático no cambia y permanece en su nivel de 1.5/1 min. Por lo tanto, dicho volumen sanguíneo hepático hacia el final de la gestación, corresponde a una fracción menor del volumen minuto cardíaco. Exceptuando algunos casos, como en el síndrome de colestasis del embarazo, los niveles de bilirrubina se mantienen en cifras normales. Los de estrógenos plasmáticos influyen sobre los diferentes procesos metabólicos y al parecer son también responsables de algunos de los cambios cutáneos observados frecuentemente en el embarazo, como el eritema palmar y las arañas vasculares que se observan en el 60% de los casos. También es posible que la vasodilatación sea responsable de estos cambios, los cuales regresan a las 4 o 6 semanas del parto.
Las enfermedades hepáticas que ocurren durante el embarazo pueden dividirse en tres categorías: a) aquellas exclusivas del embarazo, b) enfermedades intercurrentes que a su vez se presentan fuera del embarazo como la hepatitis, neoplasias, patología biliar de diversas causas, etc. y c) enfermedades hepáticas preexistentes. Dentro del primer grupo deben considerarse la colestasis del embarazo, la hiperemesis gravídica, el hígado graso agudo del embarazo y las toxemias, las cuales incluyen el síndrome de HELLP.
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