Comunicaciones breves
Carlos E. Peña
Nota a los Editores: La ortografía arcaica de los originales, a veces totalmente anárquica, ha sido utilizada en algunos pasajes del artículo. Así, se encontrarán palabras tales como "Collegio", "Bartholomé". "nueuo", que en otros párrafos se deletrean con la ortografía contemporánea. En las referencias, los nombres históricos de Bartolomé Lobo Guerrero y de Rodrigo Enríquez de Andrade han sido citados en su totalidad. Asimismo, y para mayor claridad, me he permitido alguna libertad en la citación de algunas referencias, utilizando "Ibíd" cuando me refiero a un aparte diferente de la fuente citada en la referencia inmediatamente anterior (C.E.P.).
Dr. Carlos E. Peña: Profesor Asociado de Patología, Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh. EUA.
Solicitud de separatas al Dr. Peña.
El comienzo de la enseñanza médica en el Nuevo Reino de Granada tuvo lugar en la naciente ciudad de Santafé , bajo los auspicios de la comunidad jesuítica. La conferencia inicial se llevó a cabo el primero de abril de 1636, en el Colegio Seminario de San Bartolomé.
El conferencista fue Rodrigo Enríquez de Andrade, médico español, graduado en la Universidad de Alcalá de Henares, quien hizo su exposición en latín ante una numerosa concurrencia. Este ciclo de enseñanza duró poco tiempo y fue seguido por otros intentos durante la Colonia y los comienzos de la República. Estos esfuerzos culminaron con la fundación de la Universidad Nacional en 1867. En nuestro continente, dos escuelas de medicina habían comenzado labores con anterioridad: la Pontificia y Real Universidad de México (1578) y la Universidad de San Marcos en Lima (1635). Por el contrario, la primera escuela de medicina en comenzar tareas en los Estados Unidos, fue el Colegio de Filadelfia (1765).
El primer intento formal de instrucción médica en el Nuevo Reino de Granada tuvo lugar en la naciente ciudad de Santafé, en los claustros del Colegio Seminario de San Bartolomé. Este episodio ha pasado poco menos que desapercibido. En la literatura nacional ocasionalmente se cita a la Universidad Javeriana como el lugar donde se llevó a cabo esta iniciativa. Por otra parte, en la literatura internacional (1), se menciona el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, que abrió su escuela de medicina en 1733, como sitio en donde comenzaron las labores de enseñanza médica. En realidad, el Colegio de San Bartolomé estableció una "Cáthedra de Medicina" en el año de 1636 que, aunque de corta duración, constituyó la primera tentativa de instrucción médica que se realizó en el Nuevo Reino.
En este artículo se examinarán los hechos históricos relacionados con este evento, así como las circunstancias sociopolíticas existentes en el país y se revisará sumariamente la cronología de eventos similares ocurridos en otros países del hemisferio.
El "Collegio Seminario de Sanct Bartolomé" fue fundado por Bartolomé Lobo Guerrero, Arzobispo de Santafé, el 18 de octubre de 1605 (2), y desempeñó un papel muy importante en el desarrollo temprano de las actividades médicas de la ciudad (3). Desde el comienzo, su administración fue confiada a los padres jesuítas que habían llegado de España recientemente y que estaban considerados como excelentes educadores. En los períodos tempranos de la Colonia, los jesuitas eran los únicos poseedores de algunos conocimientos médicos. Como tales, abrieron la primera "botica" de la ciudad en 1618 y suministraron cuidados médicos a las víctimas de las epidemias que azotaron al país en el siglo XVII, particularmente durante la gran epidemia de "tabardillo" que se desarrolló entre 1630 y 1633 (4). Parecía pues lógico suponer que los sacerdotes jesuítas podrían proveer, como educadores y como individuos versados en materias médicas, un medio adecuado para el desarrollo subsiguiente de las actividades médicas en Santafé.
El 31 de marzo de 1636, Rodrigo Enriquez de Andrade, médico español graduado en la Universidad de Alcalá de Henares y Protomédico del Nuevo Reino, solicitó a las autoridades civiles de la ciudad de Santafé licencia para enseñar la "Cáthedra de Medicina". Su solicitud, después de establecer un claro propósito..."para que se vayan creando médicos sin ser menester enviar a España por ellos", continúa... "pido y suplico que me mande dar licencia para que en la parte más idónea pareciere pueda leer la dicha cáthedra de medicina" (5). La respuesta fue positiva e inmediata: "Atento a la utilidad que se podrá seguir a este reyno con la enseñanza y lectura de la medicina, se le da licencia y facultad para que pueda leer sin que por esto haya de llevar derechos algunos" (6). El rector del Colegio de San Bartolomé, padre Francisco de Fuentes, que era también rector de la comunidad jesuítica en Santafé, fue autorizado para designar el sitio y la hora más indicados para tal efecto (7). El sitio escogido fué el aula donde se dictaba la "Philosophía"(8), dentro de los lindes del colegio. La primera clase fue dictada en latín, el pri- ' mero de abril de 1636 a las ocho y cuarto de la mañana. Entre los presentes estaba el "dicho padre rector y otros padres maestros de la dicha compañía y gran concurso de estudiantes y collegiales que cursan en ella y otras muchas personas clérigos y seculares" (9). El acta de esta función fue firmada por Pedro de Bustamante, escribano del rey, "quieta y pacíficamente, sin contradicción", en presencia de varios testigos (10). El tema no fue citado.
Estas actividades duraron poco tiempo. El entusiasmo inicial parece haber disminuido muy pronto. Las conferencias fueron descontinuadas en 1640 por falta de alumnos y Enriquez regresó a España en 1644. Sin embargo, como lo señala muy bien el historiador Hernández de Alba (11), se había dado de esta manera el primer paso. Debe notarse que el nombre de la Universidad o Academia de San Francisco Javier no es mencionado en ningún sitio de los documentos pertenecientes a esta época. La primera mención de la Universidad Javeriana ocurre solamente algunos años más tarde, cuando Enríquez solicitó en cartas sucesivas fechadas en 1638, 1639 y 1641, que se le permitiera recibir "propinas" como pago de sus labores (12). En éstas, Enríquez de Andrade se refiere a sí mismo como "primer catedrático, fundador y decano de la facultad de medicina de esta academia" (Universidad de San Francisco Javier).
Sin embargo, es nuestra opinión que, siendo éste un acontecimiento posterior, no puede modificar los hechos iniciales ocurridos con varios años de anterioridad y que las alusiones al "Colegio", tanto como institución así como planta física, indican, sin lugar a duda, el Colegio de San Bartolomé.
Nuestro reconocimiento por este paso fundamental debe ir por lo tanto a este plantel educativo y a Enríquez de Andrade.
Las razones por las cuales la enseñanza se suspendió tan pronto, no son completamente claras.
Es obvio que la juventud de la época tenía preferencia por el estudio de la filosofía, la teología y la jurisprudencia, con la consiguiente falta de interés por otras disciplinas. Es muy probable que factores tales como el casi obligado conservatismo de la vida colonial en Santafé, la profunda influencia religiosa y la estructura estratificada de una sociedad en la cual solamente los españoles católicos y sus descendientes, con preferencia a aquellos de los conquistadores, tenían acceso a una módica educación, desempeñaron un papel importante en este desenlace. Debe recordarse que en esta época, tanto en España como en el nuevo Reino, existía una separación total entre la medicina y la cirugía. Mientras que la primera estaba considerada como noble y científica, la segunda se catalogaba como un trabajo manual y era practicada principalmente por los barberos. Los flebotomistas (en realidad sangradores) y los curanderos eran numerosos en el Nuevo Reino, principalmente de origen indio y estaban considerados como pertenecientes a un nivel todavía más bajo tanto intelectual como socialmente.
La situación en el Nuevo Reino fue muy apreciada por la mente clara y progresiva del nuevo Arzobispo de Santafé, Fray Cristóbal de Torres, quien se propuso fundar un colegio para enseñar las ciencias médicas, la filosofía tomística y la ley civil y canónica. Esta nueva institución, el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, abrió sus puertas en 1653; aun así, la inaguración de su escuela de medicina no se llevó a cabo sino hasta 1733 (13).
En otros países de este hemisferio la enseñanza de la medicina había comenzado con anterioridad. En la Real y Pontificia Universidad de México, Juan de la Fuente tomó posesión de la cátedra de medicina el 21 de junio de 1578 (14) y las labores comenzaron el 7 de enero de 1579. En la Universidad de San Marcos, en Lima, la primera conferencia fue dictada por Juan de la Vega el 17 de abril de 1735 (15). Por otra parte, la escuela de medicina que primero abrió sus puertas en los Estados Unidos fue el Colegio de Filadelfia, en 1765 (16). Así pues, fue San Bartolomé la tercera institución en comenzar la enseñanza de la medicina en nuestro continente.
En Santafé de Bogotá se llevaron a cabo nuevos intentos para organizar la instrucción médica por parte de los dos colegios mencionados. En 1802 se abrió una cátedra patrocinada por El Rosario y organizada por José Celestino Mutis, médico, botánico y matemático, y el padre Migue Isla (17). En 1812, San Bartolomé abrió una nueva serie de conferencias bajo la dirección de José Félix Merizalde (18). Sin embargo, estos esfuerzos fallaron debido a la guerra de independencia (1810- 19).
En 1827 se fundó por ley nacional una Facultad de Medicina (19), que también muy pronto se cerró. Durante la década de 1850-60 se reanudaron los esfuerzos por parte de San Bartolomé y del Rosario. Sin embargo, estos zozobraron de nuevo debido a las revoluciones políticas y militares acaecidas en 1854 y en 1860 (20). Finalmente, en 1867 se fundó por ley del Congreso la Universidad Nacional, que incluía una Facultad de Medicina (21). Esta es la benemérita institución que hoy todos conocemos.
En los años subsiguientes San Bartolomé abandonó definitivamente sus esfuerzos por constituirse en un plantel de enseñanza médica. El Colegio del Rosario, por otra parte, abrió de nuevo su Facultad de Medicina en 1965 y continúa hoy día, desarrollando un programa completo de educación médica.
The initiation of medical education in the New Kingdom of Granada, present-day Colombia, took place in the colonial city of Santafé, under the auspices of the Jesuit community. The first lecture was given on April 1,1636, in the precinct of the College of San Bartolomé, by Rodrigo Enríquez de Andrade, a Spanish physician, graduated from the University of Alcalá de Henares, who made his presentation in Latin, in from of a large audience. This cycle of lectures was short lived, but subsequent attemps culminated with the founding of the National University in Bogotá, in 1867. Other medical schools had opened previously on this continent: the Real y Pontificia Universidad de México (1578) and the University of San Marcos de Lima (1635). On the other hand, the College of Philadelphia, first school to open in the USA, was inaugurated in 1765.
El autor expresa sus más sinceros agradecimientos al Padre Oscar Mejía Llano, Rector del Colegio Mayor de San Bartolomé, y al Padre Fortunato Herrera, Archivista del mismo, por acceso a los archivos históricos del colegio.
1. Moll AA. Aesculapius in Latin America. Philadelphia: W.B. Saunders Company; 1944: 101.
2. Lobo Guerrero, Bartolomé. Erection y Fundación del Collegio Seminario de Sanct Bartholomé desta ciudad de Sanctafé, y sus constituciones, por el Illmo. Señor Doctor Don Bartolomé Lobo Guerrero, del consejo de su Magestad, y Arzobispo deste Nueuo Reyno de Granada, 1605, Caja Documentos Especiales I, No. 1, Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé, Bogotá.
3. Peña CE. Las contribuciones del Colegio de San Bartolomé al desarrollo de la medicina en el Nuevo Reino de Granada, Acta Med Colomb 1991; 16: 39-41.
4. Ibáñez PM. Memorias para la Historia de la Medicina en Santafé de Bogotá. Bogotá: Imprenta de Vapor de Zalamea Hermanos, 1884; reimpreso por Rev. Facultad de Medicina 1967; 35: 57-58.
5. Archivo Histórico Nacional. Miscelánea, vol. 66, folio 557. Biblioteca Nacional, Bogotá.
6. Ibíd.
7. Ibíd.
8. Ibíd., folio 555.
9. Ibíd.
10. Ibíd.
11. Hernández de Alba G. Contribución para la Historia de la Medicina Colombiana. Bogotá: Internacional de Publicaciones S.A.; 1966:107.
12. Enríquez de Andrade, Rodrigo. Cartas, 1638, 1639, 1641. Libro de la Universidad y Academia Fundada en el colegio... desta ciudad de Sanctafé (El título completo ocupa una página). 1624-1685, folios 26, 28 y 64. Archivo Histórico del Colegio Mayor de San Bartolomé, Bogotá.
13. Hernández de Alba G. La medicina y el Colegio Mayor del Rosario. Revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario 1965; 473: 87-96.
14. Lanning JT. The Roy al Protomedicato. The Regulation of the Medical Professions in the Spanish Empire. Durham: Duke University Press; 1985: 326.
15. Lastres JB. Historia de la Medicina' Peruana, tomo V, vol. 2. En: Equiguren LA, ed Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima: Imprenta Santa María; 1951: 92.
16. Córner G. Two Centuries of Medicine. A History of the School of Medicine, University of Pennsylvania. Philadelphia: J.B. Lipincott Company; 1965: 15-31.
17. Hernández de Alba G. Contribución para la Historia de la Medicina Colombiana (ya citado) p. 176.
18. Ibáñez PM. Memorias para la Historia de la Medicina en Santafé de Bogotá (ya citado), p. 100.
19. Ibid., p. 105.
20. Ibid., p. 131.
21. Ibid., p. 155.