Trabajos Originales
Dr. Jaime Escobar, Yibby Forero: M.Sc., Instituto Nacional de Salud; Dr. Jean Paul Vernot: Profesor Asistente. Departamento de Ciencias Fisiológicas, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia. Investigador. Instituto de Inmunología, Hospital San Juan de Dios; Dr. José Félix Restrepo: Profesor Asistente; Lic. Cilia Rojas: Profesora Asistente; Dr. Carlos Cañas: Residente de Reumatología; Dr. Antonio Iglesias: Profesor Asociado y Coordinador Unidad de Reumatología, Departamento de Medicina Interna, Hospital San Juan de Dios, Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Colombia; Lic. Nancy Barrera: Fundación Instituto de Reumatología e Inmunología; Dr. Fernando Chalem: Profesor Emérito y Honorario. Facultad de Medicina Universidad Nacional de Colombia, Director Científico, Fundación Instituto de Reumatología e Inmunología. Santa Fe de Bogotá.
Objetivos: establecer la prevalencia de anticuerpos anticardiolipina (aCL) y de anticoagulante lúpico (LAC) en pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES), síndrome antifosfolípido (APS), artritis reumatoidea (AR) y sífilis temprana latente. Correlacionar los niveles de aCL con la presentación clínica y los hallazgos de laboratorio. Material y método: se seleccionaron 100 controles normales y 140 pacientes agrupados así: grupo 1. síndrome antifosfolípido primario (PAPS): 15; grupo 2, LES: 60; grupo 3, AR: 35 y grupo 4, sífilis temprana latente: 30. Se determinó la presencia de aCL y LAC. Resultados: prevalencia de antifosfolípidos: aCL, 100% en el grupo 1; 57% en el 2; 51% en el 3 y 73% en el 4. LAC, 42% en el 1; 24% en el 2:9 % en el 3 y 3% en el 4.
Las características clínicas más frecuentemente encontradas en la población son trombosis arterial y venosa, y pérdida fetal. En los grupos 1 y 2 se encontró asociación entre aCL (IgG y/o IgM y/o IgA) y LAC, a diferencia de lo observado en los grupos 3 y 4, los cuales no presentaron manifestaciones del APS asociadas con aCL o LAC.
Conclusión: encontramos prevalencias más altas de aCL y LAC en pacientes con LES, comparadas con otros estudios. La asociación de varias clases de aCL fue común en los pacientes con LES y PAPS. En nuestra población la trombosis arterial y/o venosa fueron las características clínicas del APS más frecuentemente encontradas y las que presentaron una fuerte asociación con aPL. No encontramos una relación entre aCL y pérdida fetal o trombocitopenia. ni diferencias estadísticas en las características clínicas y de laboratorio entre APS primario y secundario.
Los anticuerpos antifosfolípidos (aPL ) están dirigidos, aparentemente , contr a diferentes fosfolípidos amónicos (1). Inicialmente, se consideraba que estos anticuerpos reaccionaban exclusivamente con fosfolípidos; sin embargo, con el uso de antígenos más puros en las pruebas de laboratorio, se ha determinado que el blanco de estos autoanticuerpos puede ser un complejo fosfolípido-proteína o simplemente una proteína (anticuerpo anticofactor) (2). El cofactor de mayor relevancia en el momento es la b2glicoproteína I (b2GP-I), (3-5).
La presencia de estos autoanticuerpos se asocia con la triada trombosis arterial o venosa, pérdida fetal recurrente y trombocitopenia, situación clínica llamada síndrome antifosfolípido (APS), que se asocia cada vez más a otras diferentes expresiones clínicas en varios sistemas u órganos (6). El diagnóstico de laboratorio se basa en la detección de anticuerpos anticardiolipina (aCL) por Elisa y/o anticoagulante lúpico (LAC) por pruebas de coagulación dependientes de fosfolípidos.
Los aPL se detectan con frecuencia
en diversas enfermedades
autoinmunes, en infecciones, en
pacientes en tratamiento con algunos
medicamentos y en
neoplasias, muchas veces asociados
a manifestaciones relacionadas
con el APS, condición
denominada APS secundario.
Cuando se presenta el APS en
ausencia de una de estas
etiologías primarias, se denomina
APS primario (PAPS) (7).
La prevalencia de aCL y LAC
en pacientes con LES es variable
y depende del grupo de pacientes
estudiados, de la sensibilidad
de las pruebas y de los
valores de corte tilizados. Sin
embargo, en diferentes congresos
internacionales se han dado
recomendaciones en cuanto a la
estandarización de las pruebas y
los niveles de anticuerpos que
se deben considerar patológicos.
Recientemente, diferentes trabajos
tratan de correlacionar los
distintos tipos de aPL con los
aspectos clínicos, situación que
amplía el concepto inmunopatológico
(6).
El objetivo del presente trabajo
fue establecer la prevalencia de
aCL de las clases IgA, IgG e
IgM, y LAC en pacientes con
PAPS, LES, AR y una enfermedad
infecciosa como la sífilis
temprana latente; además, correlacionar
la presencia de estos
aPL con las formas de presentación
clínica y los hallazgos de
laboratorio.
Pacientes y controles
Ciento cuarenta pacientes se seleccionaron y agruparon así: grupo 1, 15 mujeres entre 13 y 63 años (edad promedio 35) con PAPS; grupo 2, 55 mujeres y 5 hombres entre 14 y 57 años (edad promedio 34) con LES: grupo 3, 32 mujeres y 3 hombres entre 21 y 67 años (edad promedio 43) con AR y el grupo 4, 24 mujeres y 6 hombres entre 16 y 48 años (edad promedio 28) con sífilis temprana latente. Cien voluntarios sanos, 85 mujeres y 15 hombres entre 15 y 50 años (edad promedio 29), sin signos o síntomas relacionados con el APS y con VDRL no reactivo, se consideraron controles normales.
Para el diagnóstico de PAPS se
utilizaron los criterios propuestos
por Alarcón-Segovia y cols
(8). Ocho pacientes cursaron con
tres o más pérdidas fetales en el
primer trimestre y trece con fenómenos
trombóticos arteriales
o venosos. Los pacientes con
LES y AR cumplieron los criterios
de clasificación de estas enfermedades
del Colegio Americano de Reumatología (8-10).
Todos los pacientes con sífilis
temprana latente presentaron
reactividad para VDRL y FTAABS
positivo.
Muestras de sangre
Las muestras de sangre se tomaron a pacientes y controles normales por venopunción teniendo en cuenta las recomendaciones éticas y de control de calidad. Para obtener suero, las muestras se centrifugaron a 1.500 g durante 15 minutos a 22°C y para plasma se centrifugaron a 1,500 g durante 15 minutos a 4°C y posteriormente se filtraron utilizando filtros de acetato de celulosa con poro de 0,22 mm (filtros GS de Millipore) para obtener plasma pobre en plaquetas. Los sueros se congelaron a 20°C hasta su uso y los plasmas se analizaron inmediatamente o después de congelados a -20°C hasta por 24 horas.
Pruebas serológicas
Se determinaron utilizando estuches comerciales: anticuerpos antinucleares (ANA), anticuerpos anti-DNA, factor reumatoideo, Coombs indirecto, VDRL, FTA-ABS, proteína C reactiva y componentes C3 y C4 del complemento.
Detección de aCL
Los aCL se determinaron por Elisa de acuerdo con procedimientos ya establecidos (11). En cada placa, como estándar interno, se utilizó un pool de sueros normales y un control positivo. Para normalizar las variaciones interprueba día a día, se estableció una relación entre las densidades ópticas de las muestras (controles y pacientes) y el pool de sueros normales; el resultado se expresó como unidades arbitrarias (UA), según lo descrito (12). Adicionalmente, en cada placa se incluyeron tres sueros estándar con niveles conocidos de aCL (gentilmente, donados por el Dr. en Harris. Louisville. Kentucky) (13).
El análisis del grupo control
mostró que los valores de aCL
presentaron una distribución asimétrica, por lo cual el rango
normal para aCL IgG, IgM e IgA
se estableció usando el valor promedio
± 4 desviaciones absolutas
y el valor de punto de corte
se definió utilizando el percentil
95% (14). Se consideraron positivos
en UA los valores superiores a 3,5 para IgM, 1,3 para IgG
y 1,6 para IgA.
Detección de LAC
El LAC se detectó en plasma pobre en plaquetas empleando las siguientes pruebas de tamizaje y confirmatorias: tiempo de tromboplastina parcial activado (TTPa) (15), tiempo del veneno de la víbora de Russell diluido (TVVRd) (16), tiempo de coagulación con caolín (TCC) (17,18), prueba de neutralización con plaquetas (PNP) y el tiempo de inhibición de tromboplastina (TIT) (15). Todas las pruebas se realizaron por duplicado y el resultado se expresó como un promedio. Los valores de referencia para cada prueba se establecieron con el grupo de controles normales. En el momento de ser incluidos en el estudio los pacientes no habían recibido heparina y no presentaban signos o síntomas relacionados con la presencia de inhibidores específicos de factor.
Análisis estadístico
Para establecer la significancia de la asociación entre los aCL IgM, IgG e IgA o LAC y las características clínicas y de laboratorio de cada grupo de pacientes, se utilizaron las pruebas de Fisher y Chi-cuadrado.
Prevalencia de aCL y LAC
La prevalencia total de aCL fue 100% en el grupo 1, 57% en el 2, 51% en el 3 y 73% en el 4. Las prevalencias por cada clase de aCL se resumen en la Tabla 1. La frecuencia de presentación de las diferentes clases de aCL y sus combinaciones en los pacientes con APS primario y secundario se observan en la Tabla 2. La presencia simultánea de altos niveles de aCL y LAC se presentó en los grupos 1, 2 y 4 con 53%, 56% y 3%, respectivamente. En los pacientes con APS, tanto primario como secundario, la presencia de LAC se asoció con el aumento de los niveles de aCL IgG.
No se encontraron diferencias significativas en las prevalencias de aCL IgG, IgM e IgA entre los grupos 1, 2 y 4. En los grupos 3 y 4 se encontró una alta prevalencia de aCL y baja de LAC y a diferencia de los pacientes con LES, ninguna relación entre aCL y LAC.
Correlación de aPL con
características clínicas
y de laboratorio
De los pacientes con PAPS (grupo 1), 11 cursaron por lo menos con un episodio de trombosis venosa, seis con trombosis arterial, ocho con pérdida fetal recurrente, tres con trombocitopenia, dos con livedo reticularis y uno con anemia hemolítica. La correlación de los aPL con cada una de estas características clínicas se resume en la Tabla 3. En este grupo, todos los pacientes con trombosis venosa presentaron una o más clases de aCL y 64% resultaron LAC positivos. De los pacientes con trombosis arterial 84% presentaron aCL IgG o IgM: sólo un paciente presentó la combinación de aCL IgA e IgM. De de los pacientes con pérdida fetal 63% presentaron una combinación de aCL y únicamente 38% tuvieron LAC.
Grupo | aCL (%)* | aCL IgM (%) | aCL IgG () | aCL IgA (%) | LAC (%) |
---|---|---|---|---|---|
1 (n = 15) 2 (n = 60) 3(n = 35) 4 (n = 30) | 100 57 51 73 | 50 30 9 27 | 55 38 23 60 | 35 42 34 4-3 | 42 24 9 3 |
* De alguna de las clases |
Tabla 1. Prevalencia de aCL de las clases IgM, IgG e IgA y de LAC en los cuatro grupos de pacientes estudiados (grupo 1: PAPS; grupo 2: LES; grupo : AR y grupo 4: sífilis temprana latente).
Clase de aC L | PAPS (n = 15) | APS/LES ( n = 16) |
IgM IgG IgA Total aC L o combinados IgM + IgG IgM + IgA IgG + IgA IgM + IgG + IgA Total aC L combinados | 3 4 1 8 3 0 1 3 7 | 0 6 1 7 2 2 3 2 9 |
Tabla 2. Prevalencia de las clases de aCL y sus combinaciones en los pacientes con PAPS y APS secundario a LES.
De los 60 pacientes con LES (grupo 2), 16 (27%) cumplieron con los criterios para el diagnóstico de APS secundario; nueve de ellos presentaron trombosis venosa, siete trombosis arterial, ocho perdida fetal recurrente, seis liveo reticularis, seis trombocitopenia, tres úlceras en los miembros inferiores, dos anemia emolítica y uno mielitis transversa. La correlación de los aPL con las características clínicas en este grupo se resume en la Tabla 4. es importante señalar que 39 pacientes con LES
(65%) recibían glucocorticoides
y 14 prednisolona en dosis superiores
a 15 mg/día. Sin embargo,
no se observaron diferencias
en la prevalencia de aCL
entre los grupos tratados y no
tratados, ni entre los que recibían
dosis superiores o inferiores
a 15 mg/día.
En los pacientes de los grupos 3
y 4 no se observaron manifestaciones
trombóticas asociadas con
aCL y/o LAC. Seis pacientes con
AR tenían antecedentes de abortos,
pero no asociados a aCL o
LAC; la presencia de factor
reumatoideo, ANA, falso VDRL
reactivo o bajos niveles de C3 y
C4, no se asociaron con aCL o
LAC.
La prevalencia de los aPL en la población general es motivo de investigación actual en todo el mundo. Se estima que dicha prevalencia es de 2 al 4% (1), siendo más común en pacientes de edad avanzada, con títulos bajos en la mayoría de los casos. Estos títulos pueden fluctuar en el tiempo y pueden elevarse por infecciones o por el uso de medicamentos. El anticuerpo que más se detecta en estas circunstancias es el aCL de la clase IgM (1).
En los pacientes con LES, independiente de la presencia de APS, se ha informado una prevalencia de 30% de aumento de aCL y alrededor de 20% de LAC (19). En el presente estudio, encontramos una frecuencia de 57% de aumento de aCL de alguna clase y 24% de positivos para LAC, lo que demuestra una mayor prevalencia de aCL aumentados con respecto a lo informado en la literatura. Los APS, según los diversos informes, están presentes en alrededor de 10%, de los casos de LES : en nuestro estudio encontramos, una prevalencia mayor de esta asociación (27%). Además, la presencia de LAC en PAPS y APS en LES mostró una estrecha correlación con el aumento de los aCL. El LAC se relacionó más con aCL de la clase IgG que con las clases IgM o IgA, en concordancia con informes previos (20). En los pacientes con LES, la correlación del aumento de las diferentes clases de aCL y la positividad para el LAC con las formas de presentación clínica, se ha relacionado con diferencias de tipo racial (21). En ese estudio se mostró una prevalencia de aCL de 42% únicamente de la clase IgG, a diferencia de lo que ocurrió con nuestros pacientes, donde el aumento de dos o tres de las clases de aCL fue lo más frecuente (30% de IgG, 38% de IgM y 42% IgA). Por otra parte, la correlación entre los aCL de tipo IgG y TTPa, fue un hecho común en ambos estudios. Con respecto a las características clínicas y la prevalencia de aCL y LAC en pacientes con APS, tanto primario como secundario, no se encontró diferencia con lo informado en la literatura (6), aunque podemos observar entre nosotros algunas características particulares. Por ejemplo, los pacientes con trombosis venosa, tanto en PAPS como en APS secundario a LES. presentaron una mayor prevalencia del aumento simultáneo de varias clases de aCL comparado con el aumento de una sola clase de aCL. Igualmente, en estos pacientes la prevalencia de LAC positivos fue mayor.
En los pacientes con PAPS, la trombosis arterial y la pérdida fetal recurrente mostraron una mayor asociación con el aumento de una sola clase de aCL, principalmente IgM o IgG. En el grupo de pacientes con APS secundario a LES, la pérdida fetal recurrente y la livedo reticularis se asociaron más frecuentemente con el aumento de varias clases de aCL. La trombocitopenia se asoció más con el aumento de una sola clase de aCL, principalmente IgG, tanto en el PAPS como en el APS secundario a LES, situación similar a la encontrada en otras series de pacientes (7).
Se han descrito perfiles clínicos
y de laboratorio en pacientes con
PAPS y APS secundario similares.
aunque se encuentran diferencias
en cuanto a la livedo
reticularis, la corea y la enfermedad
valvular cardíaca, las cuales
fueron más frecuentes en pacientes
con la forma secundaria del
síndrome (22). Con respecto a la livedo reticularis encontramos un hallazgo similar en el presente
trabajo. También Vianna y cols
(23) han informado que los pacientes
con PAPS y APS secundario
tienen características clínicas
y de laboratorio similares,
exceptuando enfermedad valvular
cardíaca, anemia hemolítica
autoinmune, linfopenia, neutropenia
y bajos niveles de C4, los
cuales fueron más frecuentes en
APS secundario.
El aumento exclusivo de aCL de
la clase IgM en los pacientes
con PAPS ha sido informado en
otras series (24). En tres de nuestros
pacientes se presentó esta
condición, al igual que un caso
con PAPS y aumento exclusivo
de aCL de la clase IgA. Un paciente
con APS y LES mostró
también incremento de IgA únicamente.
Estos hallazgos resaltan
la importancia de la detección
de aCL IgA para el diagnóstico.
Encontramos, además, alta frecuencia
de aCL y baja de LAC
en casos de AR y de sífilis, y a
diferencia de los casos con LES,
no se presentó correlación entre
la presencia de aCL y LAC. En
estos grupos de pacientes, la presencia
de aPL no se relacionó
con los síntomas o signos asociados con el APS. Estos resultados
son similares a informes
previos en pacientes con sífilis
(25) y difieren de otros que demuestran
una cierta mayor frecuencia
de pérdidas fetales en
pacientes con aPL positivos (23).
La baja frecuencia de manifestaciones
clínicas del APS en pacientes
con sífilis y aPL, está
relacionada, muy posiblemente,
con la poca participación de le
b2GP-I en la reactividad de estas
pruebas en estos pacientes
(5).
En el presente estudio se encontró
una prevalencia de aCL
(57%) y de APS (27%) en LES,
mayor que la informada en la
literatura (alrededor de 30 y 10%,
respectivamente). En estos pacientes,
el aumento de varias clases
de aCL fue más común que
el de una sola clase. La correlación
con los aspectos clínicos y
de laboratorio no difiere mucho
de lo informado en la literatura.
Sin embargo, en APS tanto primario
como secundario se evidenciaron
algunas diferencias en
cuanto a las clases de aCL presentes.
En particular es importante
resaltar el aumento exclusivo
de aCL IgA y aCL IgM, en
PAPS, mostrando la utilidad de
su determinación para el diagnóstico.
La presencia de aCL y/
o LAC no se correlacionó con
las características clínicas del
APS en pacientes con AR o sífilis
temprana latente.
Objectives: to establish the
prevalence of anticardiolipin
antibodies (aCL) and lupus
anticoagulant (LAC) in patients
having systemic lupus erythematosus
(SLE), antiphospholipid syndrome (APS), rheumatoid
arthritis (RA) and syphilis. To
correlate aCL levels with clinical
presentation and laboratory
findings.
Material and methods: 100 normal
controls and 140 patients
were selected: 15 patients had
primary APS (PAPS, group 1),
60 SLE (group 2), 35 RA (group
3) and 30 syphilis (group 4). The
presence of aCL and LAC was
determined.
Results: prevalence of antiphospholipid
antibodies: for aCL,
100% in group 1; 57% in group
2; 51% in group 3 and 73% in
group 4; for LAC, 42% in group
1 ; 24% in group 2; 9% in group 3
and 3% in group 4. The most
frequently found clinical manifestations
in our population were
arterial and venous thrombosis
and fetal loss. In groups 1 and 2,
an association between aCL (IgG
and/or IgM and/or IgA) and LAC
was found, this being different to
groups 3 and 4 where no
association between aCL or LAC
and APS' clinical manifestations
was found.
Conclusion: compared to other
reports, we found higher aCL
and LAC prevalence in SLE
patients. The association of
several aCL classes in patients
with SLE and PAPS was a common factor. In our population,
arterial and/or venous
thrombosis were the most
frequently found APS clinical
characteristics, being those
which presented a higher
association with aPL. No
relationship between aCL and
fetal loss or thrombocitopenia
was established, nor were any
statistical differences in the
clinical characteristics and
laboratory findings between the
PAPS and secondary APS
found.
Los autores desean expresar sus agradecimientos al Dr. Ε. Nigel Harris por los estándares de anticuerpos anticardiolipina; al Dr. Gerardo Ramírez (Facultad de Medicina, Universidad Industrial de Santander) por algunas de las muestras de los pacientes con APS. A las doctoras Marta Alvarado y Lucía Rodríguez por su ayuda en el análisis estadístico. Este trabajo fue financiado por Instituto Nacional de Salud, INS, Fundación Instituto de Reumatología e Inmunología FIRI y Hospital San Juan de Dios HSJD (Bogotá).
1. Samaritano LR . In: The 60th National Scientific Meeting of the American College of Rheumatology, Orlando. Florida. October. 1996.
2 . Roubey RA. Immunolog y of the antiphospholipid antibody syndrome. Arthritis Rheum 1996; 39: 1444-1454.
3. Galli M, Eosurus P, Maassen C, et al. Anticardiolipin antibodies (ACA) directed not to cardiolipin but to a plasma protein cofactor. Lancet 1990; 335: 1544 -1547.
4. McNeil HP, Simpson RJ. Chesterman CN, Krilis SA. Antiphospholipid antibodies are directed to a complex antigen that includes a lipid-binding inhibitor of coagulation: b2-glycoprotein I (apolipoprotein H). Proc Natl Acad Sci USA 1990; 87: 4120-4124.
5. Matsuura E, Igarashi Y, Fujimoto M, Ichikawa K, Koike T. Anticardiolpin cofactor(s) and differential diagnosis of autoimmune disease. Lancet 1990; 336: 177-178.
6. Cañas CA, Jiménez CA, Chalem Ρ, et al. Síndrome antifosfolípido/cofactor. Acta Med Colomb 1997; 22: 188-198.
7. Alarcón-Segovia D, Sánchez-Guerrero J. Primary antiphospholipid syndrome. J Rheumatol 1989: 16: 482-488.
8. Alarcón-Segovia D. Cabral AR. The concept and classification of antiphospholipid/ cofactor syndrome. Lupus 1996; 5: 364-367.
9. Tan EM, Cohen AS, Fries JF, et al. The 1982 revised criteria for the classification of systemic lupus erythematosus. Arthritis Rheum 1982; 25: 1271-1277.
10. Arnett FC, Edworthy SM, Bloch DA, et al. The American Rheumatism Association 1987 revised criteria for the classification of rheumatoid arthritis. ArthritisRheum 1988: 31: 315-324.
11. Harris EN. The second international anticardiolipin standardization workshop/The Kingston antiphospholipid antibody study (KAPS) group. Am J Clin Pathol 1990; 94: 476-484.
12. Loizou S, McRea JD, Rudge AC, Reynolds R. Boyle C, Harris EN. Measurement of anticardiolipin antibodies by an enzyme linked immunosorbent assay (Elisa): standardization and quantitation of results. Clin Exp Immunol 1985; 62: 738-745.
13. Harris EN, Gharavi AE, Patel SP, Hughes GRV. Evaluation of the anticardiolipin antibody test: report of an internationa l worksho p held april 4, 1986. Clin Exp Immunol 1987; 68: 215-222 .
14. Rupin A, Gruel Y, Leroy J, Bardos P. Anticardiolipin antibodies in systemic lupus erythematosus. Association with thrombosis if measured by Elisa with adult bovine serum as buffer rather than fetal calf serum. Thromb Haemost 1990; 60: 415-420.
15. Triplett DA, Brandt JT, Kaczor D, Schaeffer J. Laboratory diagnosis of lupus inhibitors: a comparison of the tissue thromboplastin inhibition procedure with a new platelet neutralization procedure. Am J Clin Pathol 1983; 79: 678-682.
16. Thiagarajan P, Pengo V, Shapiro S. The use of the dilute Russell viper venom time for the diagnosis of lupus anticoagulant. Blood 1986; 68: 869-874.
17.Exner T, Richard KA, Kronenberg H. A sensitive test demonstrating lupus anticoagulant and its behavioural patterns. Br J Haematol 1978; 40: 143-151.
18. Forero Y, Escobar J, Vernot JP. The detection of lupus anticoagulant using the kaolin clotting time test: a comparative study of the different forms of analysis. Thromb Res 1995: 79: 289-296.
19. Abu-Shakra M, Gladman DD, Urowitz MB, Farawell V . Anticardiolipin antibodies in systemic lupus erythematosus: clinical and laboratory correlations. Am J Med 1995; 99:624-628..
20. Harris EN, Boey ML, MackworthYoung CG, et al. Anticardiolipin antibodies: detection by radioimmunoassay and association with thrombosis in systemic lupus erythematosus. Lancet 1983; 2: 1211- 1214.
21. Molina JF, Gutiérrez-Ureña S, Molina J, et al. Variability of anticardiolipin antibody isotype distribution in 3 geographic populations of patients with systemic lupus erythematosus. J Rheumatol 1997; 24:291-296.
22. Sturfelt G, Nived O. Norberg R, Throstensson P, Krook K. Anticardiolipin antibodies in patients with systemic lupus erythematosus. Arthritis Rheum 1987; 30: 382-388.
23. Vianna JL, Haga HJ, Tripathi P, Cervera R, Kamashta MA, Hughes GRV. Reassessing the status of antiphospholipid syndrome in systemic lupus erythematosus. Ann Rheum Dis 1992; 51: 160-161.
24. Meyer O, Piette JC, Bourgeois P, et al. Antiphospholipid antibodies: a disease marker in 25 patients with antinuclear antibody negative systemic lupus erythematosus (SLE). Comparison with a group of 91 patients with antinuclear antibody positive SLE. J Rheumatol 1987:14:502-506.
25. Weidmann CE, Wallace DL, Peter JB, Knight PJ , Bear MB, Klinenberg JR. Studies of IgG, IgM and IgA antiphospholipid antibody isotypes in systemic lupus erythematosus. J Rheumatol 1988; 15: 74-79.