Educación y práctica en la medicina
Dr. Alvaro Ruiz Morales Profesor Asociado, Departamento de Medicina Interna y Unidad de Epidemiología Clínica y Bioestadística, Facultad de Medicina Universidad Javeriana, Director Instituto de Bioética, Pontificia Universidad Javeriana.
La definición de autoría en los artículos sobre investigación científica enfrenta serios problemas por la falta de criterios sobre quién puede y debe ser autor y sobre los reconocimientos a la participación de personas diferentes a los autores en el trabajo de investigación. Muchos factores externos contribuyen a que los varios grupos de criterios que se han propuesto no sean ampliamente aceptados o cumplidos. Entre ellos la presión de publicación para promoción académica, la costumbre de retribuir con autoría a quien ha colaborado parcialmente en un estudio, la utilización del nombre de una o varias personas para facilitar la publicación y la falta de acuerdo inicial entre los investigadores sobre aspectos básicos de autoría. Se revisa la posición del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas y se hacen sugerencias para la adopción, adaptación y promoción de criterios de definición de autoría.
Los libros científicos se escriben generalmente entre decenas y a veces entre centenas de personas; los científicos escriben en grupo, los escritores de novelas y ciencia ficción escriben solos; ¿y los investigadores médicos? se preguntaba un editor de Lancet (1). Cada vez con mayor frecuencia se publican artículos con múltiples autores y cada vez se necesitan más criterios para definir la autoría. No sólo hay ahora más autores sino que se han incrementado los estudios multicéntricos y entre éstos han aumentado también los internacionales. Esta cooperación internacional en revistas arbitradas biomédicas ha aumentado para las ciencias médicas, si bien, por razones desconocidas, ha disminuido para las ciencias sociales, las artes y las humanidades (2). La adición de más centros y de más países ha aumentado también considerablemente el número de autores o al menos el número de personas que se sienten con derechos de autor sobre las investigaciones publicadas.
El científico publica para diseminar
información nueva, para mostrar
hallazgos de su investigación,
para permitir un mejor ejercicio
de la profesión, para aumentar el
conocimiento o promover o estimular
investigación nueva. Pero
también publica para mejorar su
imagen de profesional y para obtener
puntaje académico.
La mezcla de presiones para publicar
y la falta de elementos precisos
para definir quiénes pueden
ser autores de una publicación han
llevado a un verdadero desorden
en la literatura científica médica,
con gran proliferación de autores
por artículo y confusión sobre el
orden y el número. Es muy importante
que se defina de manera
clara e inequívoca quién puede
ser autor de una publicación, quién
puede figurar, quién debe aparecer
y a quién se le deben agradecimientos
o reconocimientos. Igualmente
debe ser claro quién puede
publicar, qué responsabilidades le
caben de su publicación y qué puede
publicar: las respuestas justas a
las preguntas anteriores permitirán
atribuir en justicia la propiedad
intelectual a quien le corresponde,
permitirán claridad en las
reglas de promoción académica y
facilitarán en general la búsqueda
a quienes utilizan la literatura científica
y a quienes hacen investigación
secundaria. Los principios
éticos que deben regir la
publicación y que deben estar
siempre presentes son la veracidad,
la justicia, la búsqueda de
beneficio y la ausencia de daño (3).
El desorden generado por el aumento incontrolado del número de autores y los vicios que se cometen con frecuencia en el establecimiento de la autoría constituye un verdadero problema. Se le ha descrito como una enfermedad, la "poliautoritis giftosa" (4).
Como respuesta a los problemas cada vez más frecuentes, en 1985 se reunió en Vancouver, Canadá, un grupo de editores de revistas médicas que creó el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE) (también conocido como el Grupo de Vancouver). Como resultado de la primera reunión se produjo un documento que planteó un juego básico de criterios de autoría, que se difundió ampliamente. Si bien han sido aceptados en general, su aplicación es poco estricta debido a falta de comprensión en algunos casos, a falta de interés o de compromiso o a presiones externas. Los criterios básicos de autoría se presentan a continuación (5).
1. Contribución en la concepción, diseño o análisis o en la interpretación de los datos
2. Participación en la preparación del texto y en la revisión crítica del contenido científico, y
3. Revisión y aprobación de la versión final del artículo.
Más como aclaración que como criterios, se mencionan también los siguientes aspectos:
• El autor adquiere un compromiso con respecto a él mismo y al texto de su artículo: él es quien puede responder por las argumentaciones que se den en el artículo.
• Debe responder públicamente por lo que ha escrito y debe
poder responder a cualquier pregunta sobre motivos del estudio, origen y desarrollo de las hipótesis, razones para selección de los métodos empleados, interpretación de los hallazgos y argumentación de las conclusiones.
• La participación solamente en la consecución de financiación o en la recolección de datos no justifica autoría.
En cuanto al número de autores, no pueden establecerse criterios fijos sobre el número de éstos, y la recomendación formal que hace el Comité de Vancouver es que todos los que cumplan los criterios deben figurar como autores. Sin embargo, esto dificulta los resúmenes y plantea problemas logísticos para las bases de datos sobre publicaciones. Algunas revistas han limitado el número de autores a seis, otras a diez (cancer ) y otras (New England Journal of Medicine) requieren, si el número de autores es superior a ocho (ó 12 para estudios multicéntricos ) que haya una justificación de cada autor, con la certificación de que cumple los criterios básicos de autoría (4 ).
Identificación de problemas
Los problemas de autoría tienen varias formas:
• Autoría inmerecida
• Negación de autoría
• Publicación múltiple injustificada
• Autoría sin información completa
• Autoría para obtener favores
Autoría inmerecida
Cuando alguien mencionado como autor no cumple los criterios básicos, bien porque no participó suficientemente en las etapas de la investigación o porque no puede responder por todos los aspectos del estudio. Generalmente se trata de una situación recíproca: un autor "invita" a otro, quien a su vez invita la próxima vez. De esa manera se aumenta el número de publicaciones y se acumulan puntos. Las causas principales están en las exigencias académicas para promoción y en la competencia en las sociedades científicas. Además, deseos de figuración. Con frecuencia, sin embargo, se incurre en autoría inmerecida por desconocimiento de los criterios establecidos o por falta de definición.
En algunos casos la autoría es impuesta: el jefe del servicio, el director de la unidad académica o el jefe del laboratorio imponen su inclusión (y eventualmente la de otros) en cada estudio que se lleve a cabo en su jurisdicción.
Por un inadecuado sentido de propiedad, quien dirige el servicio que da origen a los pacientes siente ocasionalmente que esto le da derecho a figurar como autor.
Negación de autoría
Alguien que participó en el estudio es "sacado" de la lista de autores, o se le da un orden en la lista que no corresponde con su participación. Con alguna frecuencia se hace para dar cabida a personas de más peso jerárquico. En algunos casos se hace para dar realce al estudio, "invitando" a personalidades del área de interés de la investigación y dejando por fuera, o restando importancia, a quienes hicieron el trabajo fuerte.
Se han presentado quejas en ese sentido de personas que trabajan con la industria farmacéutica,
que merecen ser autores y a quienes se omite para evitar las refe rencias a quien financió el trabajo ; generalmente se les reemplaza por "invitados " de peso. En el mundo académico un estudiante de posgrado puede me recer autoría pero se le reempla za (o desplaza) por sus profeso res.
Publicación múltiple injustificada
El mismo estudio no debe ser publicado más de una vez, ni se debe hacer un fraccionamiento para publicación que no tenga una completa justificación. Todas las publicaciones sobre el mismo estudio deben tratarse con criterios uniformes de autoría. La publicación múltiple injustificada tiene varias modalidades: el mismo estudio publicado simultáneamente en varias fuentes; el mismo estudio en diferentes idiomas; publicaciones parciales no justificadas de la misma investigación; publicaciones iguales o similares con diferentes autores o en diferente orden; incluso se ha llegado a hacer la misma publicación en la misma revista, con un intervalo de algunos años.
Las motivaciones son principalmente
la necesidad de número
alto de publicaciones, con fines
académicos o para mejorar las
probabilidades de obtener financiación
u oportunidades de trabajo.
A menos que haya una
justificación, es consenso general
entre quienes han tratado el
tema (Kassirer, Huth, Huston)
de que se trata de un acto inaceptable
no ético (6).
En una revisión reciente, Huston
(6) encontró en búsqueda de la
literatura 20 artículos publicados
y varios reportes no publicadossobre experimentos clínicos controlados con risperidona,
un antipsicótico nuevo importante
contra la esquizofrenia. Sin
embargo, solamente se habían
realizado dos experimentos clínicos
grandes y algunos pequeños.
Se trataba de desagregación
de los mismos datos, cambios
de autoría, citas múltiples y publicaciones
simultáneas en diferentes
revistas.
La autoría injustificada debe verse
como apropiación indebida
del trabajo de otros o la
usurpación de derechos o el uso
de recursos falsos para obtener
beneficios. McCutchen propone
que se les considere siempre
como actos no éticos (hurto) y
se les trate como tales (7).
Autoría sin información
completa
Si hay o puede haber conflicto
de intereses, debe hacerse explícita
la relación que tengan los
autores con empresas comerciales
o con los fabricantes del producto
en estudio. En un caso recientemente
citado se revisa una
publicación del NEJM, del 29
de agosto 1996, con un estudio
favorable a una nueva droga para
la obesidad, la dexfenfluramina
(Redux), producida por Interneuron
Pharmaceutical Inc. Los
dos autores del artículo trabajaban
para Interneuron y para las
empresas que comercializan el
medicamento en Estados Unidos
y en Europa, pero no lo hicieron
explícito en la publicación.
El precio de las acciones
de Interneuron, por efecto de la
publicación subió 13%. El
NEJM consideró que se había
violado la política de la revista
de prohibir publicaciones por
autores con vínculos comerciales.
El editor de JAMA, sin embargo,
considera que no hay conflicto
siempre y cuando se haga
explícita la asociación, en la publicación
misma, para dar al lector
la opción de evaluar si hay o
no sesgos en la publicación o en
el estudio (8).
Autoría para obtener favores
Ya se ha mencionado la inclusión
de científicos de prestigio
para dar más realce al estudio o
para aumentar las posibilidades
de obtener financiación. Igualmente
para obtener promoción
académica, o para mantener una
posición dentro de una estructura
académica o jerárquica se puede
"invitar" al director o a colaboradores,
aunque no cumplan
criterios.
Se hizo un estudio descriptivo
(encuesta) sobre 275 estudio publicado
entre 1992 y 1993, cuyo
autor principal viviera en los Estados
Unidos (respuesta de
72%). En el estudio, 99% de los
primeros autores, 75% de los segundos
autores, un poco menos
de la mitad de los terceros autores
y solamente la cuarta parte
de los cuartos autores había contribuido
a por lo menos tres de
los siguientes criterios: diseño
de la investigación, recolección
de los datos, análisis de los datos
y preparación del manuscrito;
hubo correlación positiva
moderada entre la posición como
autor y la contribución (r = 0.69,
ρ <.001); en general el primer
autor contribuyó en 63 ± 17%,
el segundo 20 ± 12%, el tercero
10 ± 7%, el cuarto 7 + 6% y el
quinto 5 ± 5%; los coautores fueron
citados en orden decreciente
de contribución en 70% de los
artículos; el último autor fue el
segundo mayor contribuyente en
10% de los artículos con tres o
más autores; la incidencia de coautores no deseados aumentó
de 9% en artículos con tres autores
a 30% en aquellos con más
de seis autores (promedio 17%;
r =.97; p<.001) y la autoría no
deseada fue atribuida principalmente
a personas que solamente
habían proporcionado casos
(29%) o con las que se tenía un
sentido de obligación o de temor
por parte del primer autor
(40%).
El mismo estudio mostró que
cuando la decisión de autoría se
había tomado al comienzo del
proyecto el número de coautores
era menor (3.9 versus 5.4, ρ <
0.02) y la incidencia de manuscritos
con coautores no deseados
también era menor (23%
versus 47%, p<.01).
Causas del problema
"Publicar o perecer" (Publish or
perish) es una expresión bien conocida
en el mundo académico:
la urgente necesidad de publicaciones
por las diferentes razones
ya anotadas contribuye grandemente
a la poliautoritis, al imponer
un peso enorme sobre el número
de publicaciones por año.
El defecto no está en el sistema,
al menos en sus principios básicos;
hacen falta reglamentos,
acuerdos y principios que sean
universalmente aceptados.
Varios estudios han mostrado
que los criterios existentes son
poco conocidos, poco entendidos
o poco aplicados. En un estudio
citado por Horton (1) se
enviaron cuestionarios a 1.005
estudiantes de programas postdoctorado.
De 324 personas que
respondieron, más de la mitad
creían que por el sólo hecho de
ser el director del laboratorio se
tenía derecho a autoría sobre
cualquier estudio desarrollado
allí; 44% pensaban que quienes
obtenían la financiación merecían
autoría; un quinto de los
que respondieron sentían que
habían sido excluidos de estudios
aunque cumplían criterios
de autoría; 38% de los que habían
sido autores de estudios sentían
que al menos uno de los
coautores de sus estudios no
merecía serlo y un tercio de los
encuestados estaba dispuesto a
citar inmerecidamente a alguien
como autor, si ésto ayudaba para
la publicación.
En otro estudio (9) se encontró
que la razón más comúnmente
citada por la cual individuos, por
lo demás honestos, aceptarían que
se agregasen autores sin merecimiento
a un estudio, era para ayudar
a su promoción académica.
En opinión del autor. Slone. la
autoría indeseada es un problema
serio y común, motivado principalmente
por las políticas de
promoción académicas.
Tal es la presión para publicación
que la Biblioteca Nacional
de Medicina en Washington
(NLM) planea cambiar su política
de citas, de solamente los
primeros seis autores como acostumbraba,
a los primeros 24 más
el último autor (1).
Análisis y soluciones propuestas
Indudablemente hay un problema
alrededor de la autoría, con
múltiples causas. Como problemas
principales (algunos ya discutidos)
podemos identificar:
• Falta de consenso sobre los
criterios básicos de autoría y
ética
• Criterios actuales incompletos
y con poca difusión
• Falta de acuerdos previos
entre investigadores
• Falta de políticas definidas
en instituciones (académicas)
• Exceso de presiones para publicación.
de origen académico
y en las sociedades
científicas
• Criterios de evaluación de
número y cualidad de publicaciones
no precisos
• Presión económica
• Abuso de poder
Se han venido adoptando algunas
soluciones, con resultados
parciales alentadores. La propuesta
inicial del ICJME es un
excelente comienzo, pero sus criterios
deben ser la base para la
construcción de criterios ajustados
al medio en el que se aplicarán.
Algunas universidades (Harvard
entre ellas) han puesto límite a
los artículos que revisarán para
promociones académicas (máximo
cinco para profesor asistente,
siete para profesor asociado
y diez para profesor titular) y
han fijado de antemano políticas
sobre el orden de autoría.
Puesto que los editores no deben
servir como policías, ni están
dispuestos a hacerlo, como
anotan Kassirer y Angelí (editores
a su vez), todavía debemos
seguir confiando en la honestidad
y rectitud de los científicos
que buscan publicar (6). Debemos
asegurarnos de que su honestidad
y rectitud se vean ayudadas
por un grupo de criterios
lógicos y aplicables, que sean
ampliamente conocidos y aceptados.
Claramente se necesita
educación al público y a los investigadores
con respecto a la
necesidad de criterios de autoría,
sobre los criterios mismos, su
aplicación y los riesgos y daños
de su incumplimiento.
Algunas revistas incluyen en sus
requisitos una declaración firmada
por cada uno de los autores
en la que establece qué cumple y cómo cada uno de los tres requisitos básicos. Igualmente se propone que cada autor especifique si forma parte de otro estudio similar o del mismo con diferente presentación o con diferentes autores.
La revista JAMA, por ejemplo,
pide que se respeten los criterios
ya mencionados y además exige
que cada autor llene y firme una
declaración como la siguiente
(10):
"He participado suficientemente,
como para aceptar responsabilidad
pública, en la concepción
y diseño de este trabajo
y en el análisis de los datos
(cuando es aplicable) así como
en la elaboración del manuscrito.
Creo que el manuscrito
representa un trabajo válido.
He revisado la versión final del
manuscrito y la apruebo para
publicación. Ni este manuscrito
ni otro con contenido sustancialmente
similar bajo mi
autoría han sido publicados o
están bajo consideración para
publicación en ninguna otra revista,
excepto como se describe
en el apéndice. Si se me
solicita, mostraré los datos en
los cuales se basa el manuscrito
para evaluación por los editores
o por quienes ellos designen.''
Squires propone (11) que se haga
una lista completa, explícita y
descriptiva de quienes contribuyeron
al estudio, adicional a la
lista de autores y diferente de la
lista de agradecimientos y reconocimientos.
Las recomendaciones finales que
pueden hacerse a partir de las
experiencias y publicaciones
existentes son:
1. Definir un grupo de criterios
de autoría justificada y su
adopción por parte de las revistas
científicas, de las asociaciones
científicas y de las
instituciones académicas,
ajustadas al medio.
2. Definir en forma precisa de
los criterios de evaluación
para promoción académica,
en cuanto a publicaciones se
refiere, por parte de cada institución.
3. Exigir un formato fijo para
cada estudio que sea sometido
a publicación, en el que se justifique,
de manera individual,
la presencia de los autores.
4. Promover los acuerdos previos
entre investigadores en
cuanto a participación en los
distintos aspectos del estudio,
autoría, responsabilidades
posteriores y número y
orden de los autores.
En general debe respetarse el
principio de que nuestro sistema
debe seguir basado en la honestidad
y rectitud de los investigadores
y científicos y tratar de
que haya educación, definición
(con participación) de reglas de
juego y difusión amplia.
Cabe una responsabilidad muy
especial a las universidades, que
deben además formar a sus estudiantes
con los conocimientos,
destrezas y actitudes necesarias
para la práctica adecuada de buena
ciencia, ejercicio honesto de
su profesión y producción en investigación
impecable desde
todo punto de vista.
Summary
The definition of authorship on
cientific papers is sometimes
complicated by criteria in
regards to who should be the
primary author as well as other
aknowledgments to other less
important participants. Many
external factors contribute to the
fact that the already proposed
criteria are not well applied and
amongst those, pressure for
publication for academic
positions and no agreements of
the authors on beforehand. The
actual position from the
International Committee of
Journal Editors is revised and
ways to adopt those recommendations
are suggested
1. Horton R. Smith R. Signing up for authorship. Lancet 1996: 347(9004): 780.
2 Katz JS . Hicks D. Narin F. Hamilton K.International collaboration. Nature 1996: 381(6577): 16.
3. Hamblet JL . Ethical issues in publication. Semin Perioper Nurs 1996: 5(2): 102-107.
4. Kapoor-VK . Polyauthoritis giftosa. Lancet 1995: 346(8981): 1039.
5. International Committee of Medical Journal Editors. Uniform requirements for manuscripts submitted to biomedical journals. JAMA 1993; 269: 2282-2286.
6. Huston P, Moher D. Redundancy, disaggregation. and the integrity of medical research . Lancet 1996; 347(9007): 1024-1026.
7. McCutche n CW . Authorship disputes. Science 1995 270(5242): 1557.
8. Wadman-M . Drug company links test journal's policy. Nature 1996; 383(6595): 6.
9. Slone RM . Coauthors' contributions to major papers published in the AJR: frequency of undeserved coauthorship. AJR Am J Roentgenol 1996: 167(3): 571-579.
10. Lundberg GD, Glass RM . What does authorship mean in a peer-reviewed medical journal? JAMA 1996; 276(1): 75.
11. Squires BP. Authors: who contributes what? Can Med Assoc J 1996: 155(7): 897-898.