Medicación oral en la diabetes mellitus tipo 2

Oral medication in type 2 diabetes mellitus

Gustavo Márquez

Dr. Gustavo Márquez Salom: Profesor Adjunto de Medicina, División de Lípidos y Diabetes, Universidad Nacional de Colombia. Presidente Federación Diabetológica Colombiana. Corozal, Sucre.

Correspondencia: e-mail: piedegus@yahoo.es

Recibido: 26/VII/07 Aceptado: 26/VII/07


Cada vez están más claras las indicaciones de tratamiento con antidiabéticos orales con diferentes recomendaciones y algoritmos. Estos agentes tienen su lugar solos o en combinaciones racionales, sinérgicas, complementando efectos que apuntan a mayor secreción de insulina y/o aumento de la sensibilidad a la misma. Dichas combinaciones aumentan la efectividad y reducen efectos colaterales adversos por utilizar generalmente dosis inferiores a las manejadas con monoterapia.

También se ha avanzado en el concepto de utilizar cuando se requiera, combinaciones de agentes orales desde un comienzo y algunas veces en combinación con insulina teniendo como puntos de referencia la HbA1c, y el tiempo de respuesta adecuada para conseguir metas. Sobre estos tópicos hay más tendencia al consenso que a la controversia.

Las últimas controversias o tendencias a cambios se ha suscitado más con base a varios puntos: lentificar el desgaste funcional y de masa de células beta, prevenir eventos cardiovasculares y tener seguridad con las diferentes intervenciones.

La rosiglitazona demostró poder prevenir la diabetes tipo 2 (estudio DREAM) y lentificar la declinación funcional de las células beta en diabetes tipo 2 (estudio ADOPT). Como no se demostró prevención de eventos cardiovasculares o influencia favorable sobre éstos y hubo mayor frecuencia de insuficiencia cardiaca congestiva y edema en los tratados con la rosiglitazona, algunos se preguntan si la seguridad no es la suficiente para justificar sus beneficios.

Ante la posibilidad de que la rosiglitazona pueda aumentar el riesgo de infarto miocárdico, se ha generado controversia sin que haya un estudio contundente que permita confirmar esta aseveración, al punto que la droga cuenta con respaldo de la FDA y EMEA y su aprobación sigue vigente. La droga puede ser utilizada por médicos que identifiquen bien el perfil de riesgo para efectos colaterales evitándola cuando se encuentren condiciones que favorecen tales efectos.

Existen buenas expectativas sobre la protección de la célula beta con incremento de masa y función con el uso de incretinas y hasta el momento los inhibidores de dipeptidilpeptidasa IV y los análogos del GLP-1 parecen seguros.

Ninguno de los antidiabéticos orales ha logrado demostrar efecto significativo benéfico para reducir complicaciones cardiovasculares, por lo tanto, si bien esta cualidad fuera deseable, su ausencia no resulta limitante para el uso de estos agentes que tienen otras propiedades benéficas.

Hay argumentos importantes para no recomendar sulfonilureas en casos de LADA o de diabetes tipo 2 con tendencia a la cetosis.

Se debe tratar de identificar el perfil clínico de los pacientes con diabetes tipo 2 para la selección de medicamentos orales y sus combinaciones.